Todos somos jardineros...
Nos pasamos la vida plantando y recogiendo...
Unos siembran vientos y recogen tempestades...
El que bien siembra bien cosecha...
El que pronto siembra pronto cosecha...
Otra cosa son ya las semillas que se plantan...
Unas las escoges, las pones con todo el cuidado del mundo, las riegas, las atiendes... y de ahí nunca sale nada. Sin embargo, sabes que no están muertas, que permanecen latentes y que si cualquier día remueves la tierra ahí estará como el primer día.
Otras las plantas, les das el agua que necesitan, las mimas, y sale una flor preciosa, pero es esfímera, cúanto dura una flor? Lo justo y necesario para alegrarnos la mirada.
Otras llegan de casualidad, se colocan por si solas y ahí quedan, sin demasiado cuidado, sin demasiadas atenciones y el día menos esperado, te das cuenta que estás a la sombra de un frondoso árbol. Robusto y longevo, al que las inclemencias del tiempo no harán más que agitarle levemente las ramas. Al contrario que a las flores, que con la más mínima alteración desaparecen.
Las mejores cosas de la vida, llegan de forma inesperada...
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